Nota publicada: La Voz Del Interior

Discapacitados arman y venden bolsas de tela para juntar fondos

El proyecto fue impulsado por el Concejo Deliberante Juvenil / El municipio hizo un aporte de seis mil pesos en máquinas e insumos a la entidad Apahud.

Río Tercero. La venta de bolsas de tela para las compras se convertirá en apenas unos días en una salida laboral para los miembros de Apahud (Asociación Patrocinadora de Ayuda al Huérfano Discapacitado). La iniciativa envuelve dos pilares fundamentales: integración social y empleo para gente con limitaciones mentales. Con un aporte de seis mil pesos, el municipio donó dos máquinas industriales y los insumos necesarios –tela, hilo, tijera, entre otros– para que los 14 discapacitados puedan aprender el oficio de la costura y a su vez, obtener alguna ganancia por su labor. La iniciativa estuvo a cargo del Concejo Deliberante Juvenil, integrado por adolescentes de entre 16 y 17 años (escolarizados o no) dependiente de un programa municipal. Los jóvenes ediles impulsan proyectos y el municipio luego aporta el dinero para su ejecución. Buena recepción. En este caso, Apahud planifica por estos días tomar contacto con supermercados, despensas, verdulerías y carnicerías para ofrecer las bolsas ecológicas a 10 pesos cada una o a un precio rebajado si el pedido implica una gran cantidad. La idea tiene cabida en esta ciudad, ya que desde enero de este año se puede entregar en los comercios únicamente una bolsa de transporte de polietileno por cliente, debiendo ser las restantes de material biodegradable, bolsas de papel reciclado o bolsas de malla reutilizable.
Desde el municipio, el psicólogo Diego Martínez –que guía a los jóvenes concejales– comentó que el objetivo es que “se fortalezca el taller de costura con las bolsas reciclables y el emprendimiento pueda después tener sustentabilidad”.
Las primeras 500 bolsas reciclables a medio hacer ya fueron aportadas por el municipio. Se aprecia que contienen las inscripciones de Apahud y sólo resta coserlas en los bordes. Se intentó, de esta manera, que la institución cuente con el primer empujón para avanzar en el microemprendimiento. Martínez, asimismo, explica que también “se articuló con la secretaría de Acción Social del municipio para que otorgue una beca mensual a una docente para que enseñe y oriente el emprendimiento de costura”. Historias. El entusiasmo iba en ascenso mientras se mostraba el proyecto hace un par de días. “Quiero trabajar y ganar dinero”, confiesa con una envidiable sonrisa, José, uno de los alumnos de Apahud. A su lado, Claudia, que no deja de conversar con uno y otro invitado, acota: “La profe nos enseñará y podremos ahorrar”. Es que ellos, al igual que sus familias, conocen que la inserción laboral de discapacitados es una de las barreras sociales más difíciles de sortear cuando se padece limitaciones mentales.
Por su parte, Belén Bergagna, directora y psicopedagoga de Apahud, explica que la institución recibe en lo que han denominado “centro de día”, a discapacitados con patologías leves y también severas. A diario, les ofrecen desayuno y almuerzo, además de talleres que van desde música, cocina, cuidado personal, vivero, gimnasia hasta costura. Menciona que sólo cuentan con ayuda del municipio para algunas becas del personal, comida y transporte de los alumnos. Y recuerda que seguirán haciendo gestiones ante las autoridades provinciales, para cumplir el anhelo de que Apahud se convierta en el primer hogar para huérfanos discapacitados de Río Tercero. En realidad, esa fue la idea por la cual se donó el inmueble ubicado en la zona rural, a dos kilómetros de Río Tercero, para crear un sitio donde los discapacitados con o sin recursos económicos, que quedan sin el resguardo de su familia, puedan estar atendidos hasta su vejez. Sin embargo, pese a varios intentos y donaciones, ese sueño está sin cumplir.